Adoración en Espíritu y en verdad
- Luz Leidy Sanabria Jaimes
- 29 sept 2023
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 29 sept 2023

Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren.
Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad.
Juan 4:23-24
Estamos en los tiempos que Jesús declaró; tiempos de adoración en espíritu y en verdad. Adoradores genuinos, adoradores con sus ojos puestos en la trinidad, adoradores 24/7, adoradores espirituales y verdaderos, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en el desierto y en el manantial, en la prueba y en la tranquilidad, en la batalla y en la victoria, en la vida y en la eternidad.
Dios está en busca de dichos adoradores y cuando encuentra uno que es un potencial de llegar a ser un adorador en espíritu y verdad comienza a tratar con él. Posiblemente puede comenzar un proceso de quebrantamiento, de muerte.
Cuando una ofrenda era ofrecida en el altar, dicho sacrifico era un animal muerto. De igual manera, cada adorador que se presente delante de Dios con deseo de ofrecer su vida como ofrenda, esta vida debe estar al igual que esta ofrenda: quebrantada, muerta; solo así será elevado olor fragante ante la presencia de Dios. Cuando somos muertos al pecado, al orgullo, al egoísmo, a los deseos de la carne, de los ojos, a la vanagloria de la vida, entonces podremos ofrecer una adoración que sube como ofrenda fragante de Dios, solo entonces seremos adoradores en espíritu y en verdad.
La Palabra de Dios dice: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” Gal. 2:20
Hay un poder hermoso en la adoración que viene de un corazón puro. La Palabra de Dios dice: “En los íntegros de corazón es hermosa la alabanza” Salm. 33:1
¿Qué tan dispuesto estamos a renunciar o morir a cosas con el propósito de presentarnos delante de Dios con un corazón puro?
¿Quién subirá al monte del SEÑOR? ¿Y quién podrá estar en su lugar santo? El de manos limpias y corazón puro; el que no ha alzado su alma a la falsedad, ni jurado con engaño. Ese recibirá bendición del SEÑOR, y justicia del Dios de su salvación. Tal es la generación de los que le buscan, de los que buscan tu rostro, como Jacob. (Selah) “Salm. 24:3-6”
Adorar a Dios en Espíritu: quiere decir que adoramos a Dios en cualquier lugar. Ya no tenemos que ir al templo en Jerusalén; ahora nosotros somos el templo de reunión donde nos podemos encontrar con Dios cada día de nuestra vida. Podemos adorarle dondequiera que estemos.
Somos Su casa, lugar donde Él se quiere encontrar con nosotros cada día… Hablarnos al corazón y ser ministrado por nuestro amor hacia Él.
Adorar en verdad: quiere decir ser honesto delante de Dios en nuestra adoración, no mentirle. David muchas veces desgarró su corazón, él solía ser transparente aun en la situación más dura… pero al final él siempre escuchaba la voz de Dios y esa era su esperanza.
Ser verdaderos también implica seguir los principios de Dios, alinearnos con Su verdad, sus caminos, sus límites. Dios nos invita a ser fieles y verdaderos en nuestro caminar. ¡No podemos dar a Dios aquello que no tenemos y no debemos decirle aquello que no creemos! Seamos sinceros con Él. Totalmente sinceros y en esa manera veremos como Él nos habla y comienza un proceso de transformación en nuestro corazón.
Para ser adoradores en espíritu y en verdad, Dios tiene que purificarnos de cualquier contaminación que esté afectando nuestro espíritu y santificar nuestra mente con sus verdades y absolutos. Debe llevarnos por un proceso de descontaminación donde el fuego del Espíritu Santo quema todo aquello que está mal y establece Sus principios y absolutos en nuestro corazón.
En Jn. 4:23-24 vemos que la palabra utilizada para denotar el verbo “adorar” es “proskuneo” y esto implica “besar, como un perro lame a su dueño, adular, agacharse, postrarse, hacer reverencia” … Imagínate adorar a Dios con esta actitud en todo momento… La Biblia nos dice que amemos a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas y también habla de dar gracias a Dios en todo momento.
La adoración es sencillamente la respuesta del hombre a la revelación de Dios.
Una revelación fresca de quién es nuestro Dios.
La adoración está basada en el amor, en la intimidad, en la seguridad de quién es Dios y de quiénes somos nosotros para Él. Cuando tenemos una imagen clara de quién es Él y de quiénes somos nosotros, entonces nuestra adoración podra atravesar fronteras, podrá ser libre, podrá traer gozo y descanso al corazón quebrantado de Dios.
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